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Mostrando entradas de 2015

El país de los cuentos perdidos -Gabriel Garcia de Oro y Purificación Hernández

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Existe un país lejano, en donde descansa el viento,  y en el que pasa algo extraño: nunca nadie está contento. Los niños pasan las horas diciendo de cualquier juego: -No quiero jugar ahora, ni tendré más ganas luego. En este país pequeño sucedió algo muy terrible. Se quedó desnudo el cielo pues el sol se hizo invisible. Y la gente dice a voces: -Nuestro sol ya no calienta. Los días parecen noches, negras noches de tormenta. Entre todo aquel tumulto, dijo un anciano a la gente: -Si bien no soy muy astuto, sé por qué el sol está ausente. -Aunque tengo ochenta años, aún no he escuchado la risa de un niño despreocupado que juega a cazar la brisa. ¿Quién puede ver cien gigantes donde sólo hay un molino? ¿Quién surca los siete mares en busca de su destino? Y la gente vio muy claro que su sol se había ido porque ya estaba cansado de un país tan aburrido. Pero una niña se enfada. Quiere que su sol regrese, sentir la luz en la cara y que su calor la bese. Deja esta nota a sus padres:

La conejita niñera

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Orejitas es una magnífica niñera. Los padres del Bosque de las Maravillas se pelean por confiarle a sus crías. Porque Orejitas sabe contar cuentos, pintar y cantar. Y, lo que es mejor, nadie le gana a la hora de hacer unos bizcochos dorados que gustan muchísimo a los pequeños. Cuántos animales, ya mayores, recuerdan con delicia los fabulosos bizcochos que Orejitas les daba en su infancia.

La familia de Formi

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Las hormigas suelen tener familias muy numerosas. Formi tiene nueve mil seiscientos siete hijos. Cuando, por las noches, entra en la enorme habitación de sus hijitos, tiene que dedicar bastante tiempo a arropar y besar a cada uno de ellos. A veces se le hace de dia antes de terminar, y no le da tiempo a dormir. Aunque trabaja mucho y duerme poco, está dispuesta a poner unos cientos de huevos más... Al señor Búho, que es muy listo, se le ocurrió el modo de arreglar el problema de Formi. Esa noche a la hora de dormir, las hormiguitas se acostaron en sus literas. Formi besó tiernamente al primero de sus hijos, y él besó a su vez al que tenía más cerca,diciendo: -De parte de mamá. Y asi se fueron pasando el beso de unos a otros. Desde entonces Formi puede dormir, sin privar de sus muestras de cariño a ninguno de sus hijitos.

El primer vuelo de la gaviota

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Hoy es un gran día para la pequeña gaviota. Acaba de amanecer, y Alba abandona por primera vez el nido familiar, construido sobre un acantilado del océano. Duda un momento, pero se lanza a volar con un gran batir de alas. Alba es muy joven: en su cuello se ve todavia el plumón típico de bebé. Bajo la mirada atenta de papá y mamá, Alba va hacia el agua para sobrevolar la espuma de las olas. La marsopa la saluda antes de sumergirse; el delfin hace cabriolas al verla pasar. Papá la incita a volar más alto, y ella se eleva, hace una pirueta y se mete en una nube; se estremece, porque la nube está húmeda y fría, y por un momento pierde de vista a papá y a mamá. Pero enseguida sale a la luz, donde sus padres esperan ese espectáculo único: aquí los rayos del sol sólo brillan para los pájaros. Alba aprovecha las cálidas corrientes ascendentes para subir cada vez más arriba, gritando de alegría. Pero ya es hora de volver al nido. -¿Ya? -protesta Alba. Con una zambull

El pelícano cartero

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Cuando sale a trabajar, Lando el cartero lleva muy orgulloso, un gorro azul marcado con las letras L.S.A.P., que significan "Lando, Servicio Aéreo Postal". En su pico cabe todo el correo del Bosque, aunque en diciembre se envian muchisimas cartas de felicitación, que aumentan considerablemente el volumen de la correspondencia. Hoy, Lando se ha levantado algo griposo y quizá con fiebre. Pero no puede dejar de distribuir el correo: los servicios postales no cierran nunca... Lando vuela ya a velocidad de crucero, y no sabe por qué, sospecha que este viaje no va a ser fácil. Lleva el pico completamente lleno. A pesar de que se ha puesto la bufanda, por culpa del catarro empieza a tiritar. ¡Y de pronto estornuda! Las cartas salen disparadas por el aire. Lando, horrorizado, vuela en todas direcciones, intentando recuperarlas. Pero, ¿qué puede hacer un pelícano solo y resfriado contra las ráfagas del viento invernal?... Los dias que rodean a la Navidad parece

La pereza es un defecto muy feo

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Trencitas, la pequeña liebre, tiene un gran defecto: es perezosa. La maestra, una vieja cabra, ya no sabe qué hacer para conseguir que Trencitas trabaje. -Es que no veo la pizarra -declara ella para justificarse. Sus padres la llevan al oculista. Allí Trencitas sigue con la comedia y le ponen gafas, con unos cristales tan gordos que no ve nada. Así, la pequeña liebre ha caído en su propia trampa. No consigue distinguir ni la punta de sus pies, y no le queda más remedio que confesárselo todo a sus padres.

La sopa de verduras

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La señora Erizo ha preparado una sopa de verduras. Le da una cucharada a su hijo y le dice: -Cómetela. -¡No me gusta! -refunfuña Kipi. -Si te comes dos cucharadas te haré un regalo. -¿De veras? -pregunta el erizo. -Si. Y si te lo comes todo, te haré cuatro regalos. Kipi se toma la sopa en un momento. En cuanto termina, dice: -Dame mis cuatro regalos. Entonces su mamá le da cuatro besos...¡muy, muy cariñosos. No esperes nada a cambio de hacer algo que debes hacer. Y si son muestras de cariño son mucho más especiales y significativos.

La tienda de Camelia

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-¿Me das veinticinco nueces, por favor? -pregunta la ardilla. La conejita Camelia sonríe amablemente, porque sabe que la ardilla es tan despistada que siempre olvida donde ha escondido sus provisiones para el invierno. La tienda de Camelia nunca está vacía; los animales de Campoverde y de Arboleda van por allí de la mañana a la tarde. Camelia es muy atenta y las estanterías de su almacén están repletas de las mercancías mas interesantes: libros para el señor Búho y sus alumnos, pilas de repuesto para las luciérnagas, crujientes de lechuga para los caracoles, bayas rojas y jugosas para los mirlos, miel de primera calidad para las abejas, néctar de nenúfar para las libélulas, gorros de dormir para los topos, flores artificiales para decorar madrigueras y nidos durante el invierno, despertadores para los lirones... El secreto del éxito de Camelia es que nunca hay problemas de dinero entre sus clientes y ella: todo se paga con sonrisas,bromas y cumplidos. Así, no es nada extraño qu

No entiendo a mi papá

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Acababa de poner la televisión en el cuarto de estar, cuando entró mi papá. Mi papá es un castor, con unos dientes muy largos. Infló las mejillas y gruñó: -¿Pero todavía estás viendo la televisión? Coge la pelota y vete a jugar fuera. Yo cogí la pelota y salí al jardín; rompí tres rosales y dos cristales, pero fue sin querer. Entonces, papá me gritó: -¡Dame la pelota y sigue viendo la televisión!...¿Tú lo entiendes? ¿Quién entiende a los padres? En este caso el pequeño castor rompió esas cosas sin querer, y su papá lo riñó. 

Un caballito de mar solitario -cuento mío

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En las costas del Océano Atlántico, a poca profundidad empieza nuestra historia. En aguas tropicales, calientes y entre corales viven nuestros protagonistas. Carlitos, un caballito de mar, Nemo, un pez payaso y Lula una pequeña estrella de mar. Desde que nacieron tuvieron que arreglarse y enfrentarse a los problemas solos. Sus papás murieron de diferentes causas naturales. Fueron juntos a colegio donde aprendieron muchísimo, gracias a su profesor Raya. La vida sigue para estos tres amigos, hasta que llegan a la adolescencia donde se separan. Nemo, encontró a su media naranja, y se fue un poco más a las profundidades, para buscar un hueco en las rocas, donde esconder sus huevos. Lula a su vez ambién se hizo amiga de otra estrella de mar, Patricio. Juntos buscaron una roca grande y cómoda para los dos. Ahí se quedaron durante muchos años. Solo quedaba Carlitos. Pero nuestro pequeño caballito de mar no tuvo la misma suerte que sus amigos. Se alimentaba dia tras dia, e